Mayor inclusión de mujeres en cargos directivos: desafío pendiente de Ecuador

En Ecuador, la equidad de género en cargos directivos sigue siendo un desafío, pues solo el 15% son ocupados por mujeres. Nuestro país ocupa el puesto 96 en el índice global de brecha de género, lo que refleja una disparidad significativa en el ámbito empresarial.
La diversidad de género en las altas esferas empresariales no solo contribuye a un entorno más equitativo, sino que también tiene un impacto positivo en el desempeño económico de las empresas, mejorando la innovación, la toma de decisiones y la satisfacción laboral
Según la profesora Gemma Lorente Martín, experta en Ciencias Políticas y Gestión Pública de UNIR, las mujeres enfrentan dos importantes barreras para acceder a posiciones de liderazgo empresarial. La primera es el tiempo que llevan en esta “carrera de fondo”, que es menor que el de los hombres y la principal es el conocido «techo de cristal», una limitación estructural que hace que muchas mujeres renuncien a la posibilidad de ascender por la falta de conciliación entre su vida profesional y personal.
En esta nota la experta nos indica el ¿por qué los puestos directivos siguen estando ocupados en su mayoría por hombres? y algunas recomendaciones que deben tomar en cuenta las empresas y las demás instituciones de la sociedad.
Cargos directivos: Diferencias entre el sector público y privado
A pesar de los avances en equidad de género, la realidad es que los puestos directivos, en su mayoría en el sector público, siguen ocupados mayormente por hombres. Esto se debe a que las estructuras laborales actuales no facilitan la conciliación, una responsabilidad que, en la mayoría de los casos, recae sobre las mujeres.
Lorente considera que, no es por las funciones del puesto o porque las mujeres no esten capacitadas para un pleno desarrollo de un cargo, sino porque los marcos temporales en los que se desarrollan no están pensados para una sociedad en la cual la mujer aún es la principal cuidadora.
No es, en resumen, un problema de fondo (méritos para el puesto) sino un problema de forma (el qué supone ocupar ese puesto) o a cambio de qué la mujer debe desempeñarlo.
Medidas para una cultura organizacional inclusiva
Para fomentar la participación femenina en la dirección empresarial, Lorente destaca la necesidad de cambiar la cultura organizacional. Las empresas deben reconocer la maternidad como un aspecto clave en la vida profesional de las mujeres y promover medidas que ayuden a que la tarea de cuidado no recaiga solo en las mujeres.
A nivel horizontal, se debe crear una conciencia en esta materia, en la que se incluya al hombre en los deberes domésticos y en la educación de los hijos. A nivel vertical, las empresas deben implementar medidas como las bajas por maternidad/paternidad, así como la reducción de horarios para que pueda conciliarse con la vida familiar.
Además, se puede premiar a las empresas que implementen buenas prácticas de conciliación podría generar un cambio positivo en la sociedad.
Conciliar, por tanto, no supone trabajar menos, sino trabajar de forma más eficaz y reorganizar los tiempos en función de las necesidades que en un determinado momento puedan tenerse. Además, el “salario emocional”, queda repercutido muy positivamente con estas acciones, lo que hace que el talento se retenga y se incremente en las empresas.
El rol del gobierno y las instituciones educativas
La experta considera que el gobierno y las instituciones educativas tienen un papel clave en la reducción de la brecha de género. En muchos casos, el emprendimiento es la única opción para que las mujeres continúen desarrollándose profesionalmente, lo que refleja un problema estructural de conciliación en el mercado laboral tradicional.
En este sentido, se deben implementar medidas que brinden apoyo a la mujer por dos cauces:
– Mediante apoyo legislativo, con normativas que favorezcan sus actividades, ayudas y subvenciones para reforzar el inicio de sus nuevos proyectos.
– Mediante el uso de redes de mujeres que buscan, en la unión, una plataforma sobre la que comenzar sus actividades empresariales.
Medidas de conciliación para emprendedoras
Las mujeres emprenden principalmente porque no pueden desempeñar lo que entendemos como un trabajo tradicional (con horarios, jornadas laborales que no les permiten cumplir sus otros roles como el cuidado de los hijos o de los padres) y tienen que buscar una alternativa a estos espacios laborales.
«El que un país tenga un gran número de mujeres emprendedoras, más allá de verlo como un indicador positivo en cuanto a mujeres que son talentosas y desarrollan su talento de forma individual, habría que verlo como un escenario en que la conciliación no deja a las mujeres poder seguir con su carrera profesional dentro de un mercado laboral que, por desgracia, no está pensando para los momentos vitales de la mujer», señaló.
El camino hacia la igualdad en la dirección empresarial en Ecuador aún es largo, pero implementar estrategias de conciliación y flexibilidad laboral podría ser la clave para garantizar que más mujeres accedan a estos puestos sin renunciar a su desarrollo personal. La transformación requiere un esfuerzo conjunto entre empresas, gobierno y sociedad para lograr un entorno laboral más inclusivo y equitativo.