La cerveza artesanal conquista el 1.06% del mercado ecuatoriano
La pasión por la cerveza en Ecuador ha tomado vuelo gracias a cerveceros locales que se sumergen en la riqueza del país para crear bebidas fermentadas verdaderamente especiales.
Una de las joyas de la cerveza artesanal en Ecuador es la explosión de creatividad e innovación que los cerveceros aportan a cada lote. Desde clásicas y refrescantes cervezas hasta audaces experimentos con ingredientes autóctonos. Lo mejor es que muchas de estas cervecerías artesanales siguen métodos sostenibles y aprovechan recursos propios, dando un impulso a la economía local y al cuidado del medio ambiente.
En sintonía con el mes de la cerveza, que se celebra cada agosto, la Asociación de Cervecerías Artesanales del Ecuador (ASOCERV) destaca cómo esta cultura está creciendo en el país.
Este año, la cerveza artesanal ha conquistado el 1.06% del mercado, un número que muestra cómo hay más productores y ofertas locales que llegan a un público ávido por aprender y experimentar con estas bebidas fermentadas.
El auge de la cerveza artesanal también ha potenciado el turismo. En ciudades y regiones con un número considerable de cervecerías artesanales, el flujo de visitantes extranjeros ha aumentado significativamente. Los tours por las fábricas, las degustaciones y los festivales cerveceros son actividades que atraen a los turistas y los conectan con la autenticidad de la comunidad local.
¿Cómo se produce la cerveza artesanal?
La producción de cerveza artesanal en Ecuador, al igual que en otros lugares, implica un proceso que combina la tradición, la creatividad y la atención meticulosa a los detalles. De forma general, la elaboración de cerveza artesanal implica:
- Maceración y molido: El proceso comienza con la mezcla de granos de malta triturados con agua caliente en un recipiente conocido como macerador. Aquí, los almidones en la malta se convierten en azúcares fermentables a través de la acción de enzimas.
- Lavado del grano: Después de la maceración, se realiza un proceso de lavado para extraer los azúcares remanentes de la malta. El líquido resultante, conocido como mosto, se separa de los restos de grano.
- Hervido: El mosto se hierve y durante este proceso se añaden lúpulos. Los lúpulos aportan amargor, sabor y aroma a la cerveza. El hervido también esteriliza el mosto y contribuye a la concentración de sabores.
- Enfriamiento y clarificación: Luego del hervido, el mosto se enfría rápidamente para detener la actividad de las enzimas y la acción de los lúpulos. Además, el enfriamiento ayuda a clarificar el mosto al precipitar las proteínas no deseadas.
- Fermentación: El mosto enfriado se trasfiere al fermentador, donde se agrega la levadura. Durante la fermentación, la levadura consume los azúcares presentes en el mosto, generando alcohol y dióxido de carbono. Este proceso puede tomar varios días a semanas, dependiendo del tipo de cerveza.
- Maduración: Después de la fermentación primaria, la cerveza se somete a un período de maduración en el que los sabores se desarrollan y se suavizan. Esto puede ocurrir en el mismo fermentador o en otro recipiente.
- Carbonatación: Si es necesario, se puede añadir azúcar o maltosa antes de embotellar la cerveza. Esto permite que se produzca una segunda fermentación en la botella, generando dióxido de carbono y carbonatando la cerveza.
- Embotellado y envasado: La cerveza se embotella y se sella, listo para ser consumido. Algunas cervezas artesanales también se empaquetan en barriles para ser servidas en grifos en bares y restaurantes.
Es importante señalar que cada cervecería artesanal puede tener variaciones en estos pasos según sus recetas y métodos específicos. Además, la creatividad de los cerveceros a menudo se refleja en la elección de ingredientes, combinaciones de sabores y técnicas de elaboración únicas que hacen que la cerveza artesanal sea una experiencia diversa y emocionante.